Día once: Mis vecinos
¿Qué saben de mí?
Que en vez de hablar
escribo.
Que me voy del mundo
cada tarde,
a vista y paciencia de todos,
debajo de un cedro
con un cuaderno,
con una pluma.
Que se rumora
que soy suicida,
que se me ve en la cara
y que un día no volveré.
¿Qué sé yo de ellos?
Que por el café negro
y el pedazo de pan dulce,
aunque mi alma sea
material de desperdicio,
probablemente ninguno
faltará a mi funeral.
Que en vez de hablar
escribo.
Que me voy del mundo
cada tarde,
a vista y paciencia de todos,
debajo de un cedro
con un cuaderno,
con una pluma.
Que se rumora
que soy suicida,
que se me ve en la cara
y que un día no volveré.
¿Qué sé yo de ellos?
Que por el café negro
y el pedazo de pan dulce,
aunque mi alma sea
material de desperdicio,
probablemente ninguno
faltará a mi funeral.
1 Comments:
No sabe cuánto me halaga su comentario, mi querido señor.
Y gracias infinitas por el poema... me sacó las lágrimas.
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